Castillo de Garcimuñoz

Nuestra historia

La villa del Castillo de Garcimuñoz es una pequeña localidad de la provincia de Cuenca, en la comarca de la Mancha Alta, situada al lado de la A3, a 155 km. de Madrid, 200 km. de Valencia, 100 km. de Albacete y a 68 km. de Cuenca. El paisaje es propio de la Mancha Alta, con llanuras ocupadas por cereal y girasol y montes poblados de encinas, coscojas y pinares, su territorio pertenece a las cuencas de los ríos Guadiana y Júcar, ocupando el pantano de Alarcón 935 ha. pertenecientes a este término municipal.

El actual emplazamiento ya estaba ocupado por una fortaleza en época musulmana. Los cristianos conquistaron la villa en tiempos de Alfonso VIII, entre el año 1179 en que se conquistó Zafra y su zona y 1184 que se conquistó Alarcón, tomando entonces el nombre de García Muñoz. Su castillo aparece desde el inicio vinculado al Señorío de Villena y a la figura del infante D. Juan Manuel (1282-1348) que vivió gran parte de su vida en él y es donde compuso algunas de sus obras literarias. Jorge Manrique, el autor de «las coplas a la muerte de su padre», también está relacionado con este lugar, concretamente con su castillo, ya que fue herido de muerte, cerca de éste, en el camino de la Nava en abril de 1479.
El Castillo está situado en lo alto de un cerro a cuyos pies se sitúa la villa. Fue construido por el infante D. Juan Manuel y posteriormente modificado en el S. XV por D. Juan Pacheco, marqués de Villena, dándole el aspecto actual. Estas obras fueron dirigidas por Martín Sánchez Bonifacio. En el siglo XVII fue desmochado, al usarse como cantera para la construcción en su interior de la iglesia de san Juan que fue inaugurada en 1708. Su fábrica es de sillarejo y argamasa y su planta es cuadrada con gruesos y altos muros. Las esquinas están reforzadas por torres circulares. La entrada al castillo es en arco carpanel, decorado por moldura gótica, su puerta de acceso está protegida por buharda sobre arco escarzano con cuatro troneras de cruz y orbe. Esta construcción fue rehabilitada en 2016 por el Ministerio de Fomento, con un proyecto de Izaskun Chinchilla adoptándose soluciones modernistas con el empleo de materiales nuevos que buscan la sostenibilidad y funcionalidad del edificio.
De esta fortaleza salen las calles que configuran el trazado medieval de la villa y en las que se pueden apreciar numerosas casas blasonadas con hermosas rejerías.

Tuvo comunidades moriscas y judías con su sinagoga y aljama.
Otras construcciones de interés que posee el municipio son:
1) La iglesia parroquial de San Juan Bautista que se construyó en el S. XVII dentro del castillo. Es de una sola nave de cuatro tramos con planta de cruz latina cubierta por bóvedas de lunetos. Posee un bonito retablo de estilo barroco.
2) El monasterio de San Agustín, fundado por el Infante D. Juan Manuel en 1326, con ábside gótico, arcos apuntados y rosetones. Su claustro conserva aún los restos de sus arcos de medio punto y un escudo con las armas de D. Juan Manuel.
3) Casas señoriales renacentistas y barrocas con sus escudos de armas sobre las puertas y sus labradas rejas.
4) Casas manchegas, ejemplos de arquitectura popular, con ciertas influencias serranas. Todas ellas muestran su carácter agrícola, ordenadas en torno a un patio central al que se abren establos y estancias.

5) Cruz de Jorge Manrique, monumento levantado en el año 1941, a iniciativa del poeta Federico Muelas, en el lugar donde resultó mortalmente herido el inmortal poeta y guerrero en una escaramuza motivada por la guerra de sucesión castellana entre los partidarios de Isabel de Castilla y Juana la Beltraneja.

6) Cerro de San Juan, promontorio ajardinado, convertido en mirador, situado al sur de la población donde estuvo ubicada la antigua iglesia de san Juan.
Además, el pueblo conserva tres interesantes fuentes medievales como la fuente de Abajo, con su qanat de más de 200 metros de longitud, cuya antigüedad nos es desconocida, pero que por lo menos se remonta a tiempos de don Diego López Pacheco, ya que su escudo preside el edificio que lo cobija; la del Alcázar, lugar acondicionado como área recreativa; o la del Berro y cuevas como elemento típico manchego dedicado a almacén.