Rada de Haro

Nuestra historia

Al igual que otras poblaciones del contorno, La Rada nace con la Repoblación llevada a cabo por el rey Alfonso VIII, tras la conquista de Cuenca en 1177. Este rey donará a su Alférez mayor, Don Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, un Territorio en agradecimiento a los servicios prestados en la conquista de dicha ciudad, dotando a este territorio de un “Fuero” (Forum Fari). Estamos hablando de lo que se ha denominado como “Campo de Haro”, un conjunto formado por un Castillo, una población y una serie de Aldeas. Tras un período de casi un siglo en poder de los señores de Haro y debido al distanciamiento de uno de los sucesores de Don Diego con el entonces monarca Fernando III «El Santo», determina que el Castillo y sus posesiones pasen a formar parte de la Orden de Santiago en era de 1295 (es decir, año 1257). Cuatro años más tarde, en 1261, Haro y sus aldeas serán dadas en prestimonio por el maestre de Santiago, D. Pelayo Pérez Correa, al Infante D. Manuel y a su esposa Doña Constanza, pasando tras la muerte de dichos infantes otra vez a la orden.

La prosperidad de algunas de sus aldeas, hace que en el año 1349, Villaescusa, sea separada de la jurisdicción de Haro, otorgándole el Infante Don Fadrique el privilegio de Villa, dándole fuero propio y la administración de Giliberte, Castilnuño, El Cerezo y Cabalgador. Mientras tanto a Villar de la Encina, Fuentelespino, Carrascosa y La Rada se les concede el fuero de Cuenca, dándoles un castillo por armas.

Hacia el año 1400, las aldeas de Villar de la Encina, Fuentelespino, Carrascosa y La Rada, viendo las ventajas que suponía el formar parte de Villaescusa, se adscriben a la Jurisdicción de dicha villa, gozando así de todos los privilegios de la misma. Esto ocurre en tiempos del Maestre Don Lorenzo Suárez de Figueroa.

En el año 1477, Villaescusa y sus aldeas serán favorecidas con un privilegio dado en Sevilla por los RR. CC, en recompensa a la fidelidad de dicha Villa y aldeas hacia sus reyes, que les exime de pagar los tributos de pedido, el pedroso y la moneda forera.

Entrando en el siglo XVI las noticias que tenemos de La Rada nos las proporcionan las “Relaciones topográficas” mandadas hacer por el rey Felipe II en 1575, cuyas palabras textuales son: “otra aldea que llama La Rada. La Iglesia está a media legua desta Villa (Villaescusa). Tiene fasta veinte vecinos. Tiene Iglesia y cura propio.Tiene otras dos iglesias anexas: La una en este término que se llama “el Cerezo”; y la otra La Poveda, en el término de Belmonte, y Giliberte que no tiene Iglesia. Allegaronse de diezmo este año en su tercia: trigo ochocientas y treinta fanegas; cebada, doscientas y ochenta y dos fanegas; centeno, veinte y cinco fanegas; avena, ciento y ochenta y seis fanegas; garbanzos, siete fanegas. Las mismas relaciones nos dicen también a cerca del Cerezo lo siguiente: “Hay ansí mesmo otro despoblado que le llaman el Cerezo, en el cual, como en los demás, se muestran los cimientos que salen a fuera de la tierra. Esta allí una Iglesia, que le llamen de Sant Lorencio, anexa al beneficio de La Rada, aldea desta Villa” (Villaescusa). Durante el siglo XVII y buena parte del XVIII las aldeas seguirán perteneciendo a Villaescusa.

Las primeras en conseguir el privilegio de villazgo serán Fuentelespino y Villar de la Encina, a principios del XVII. La Rada aún continuará hasta bien entrado el siglo XVIII perteneciendo como aldea a Villaescusa, concretamente hasta el año 1781, en que se le concede el titulo de Villa por orden de su majestad el Rey.

PRINCIPALES ELEMENTOS PATRIMONIALES DE LA POBLACIÓN ·

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (S. XVII-XVIII) No es la primitiva iglesia que tuvo Rada de Haro, ya que hubo una anterior que pudo ser Románica o protogótica y que sobrevivió hasta el S. XVIII. La Iglesia actual, como dijimos, se comenzó a construir en hacia 1786, ya que la anterior estaba en mal estado y además sus dimensiones eran muy pequeñas para los 300 vecinos de entonces. La actual Iglesia se construyó con la piedra que se sacó de «las canteras» que se encuentran cerca del pueblo, por la carretera de la Alberca. Su estilo es netamente barroco en el interior y su exterior, con la sobriedad característica de las iglesias de la zona, de mampostería y sillarejo. En el exterior, muros de gran altura y faltos de vanos con óculo a cada lado. La Puerta de medio punto con dovelas muy erosionadas en el arco; sobre ella ménsula alargada y moldurada en que descansa hornacina con restos de la imagen de la Virgen en piedra. Esquinales de arenisca rojiza; mampostería ordinaria. Espadaña de buena traza toda ella de sillería basta con cornisa corrida y pináculos de bola. Su interior de planta de cruz latina con cabecera y brazos muy poco profundos; bóveda vaída en el crucero Y lunetos en el resto de la techumbre. Pilastras compuestas con arcos rebajados en que apoyan cornisa de moldura de poco resalte con goterón. Destaca el altar mayor de estilo barroco, del S. XVIII (procedente de un Convento de Belmonte), y algunas imágenes de mérito. ·

Ayuntamiento (antigua casa del “Curato” o “de la tercia”), S. XVIII. Un edificio, que aunque ha sufrido muchas alteraciones en su estructura, aún conserva algunos arcos escarzanos en algunas de sus puertas y su factura es de mampostería y sillarejo en las esquinas, con una piedra muy similar a la de la iglesia parroquial. De este edificio se conserva una descripción del S. XVIII, que nos nuestra como era su estructura original. 

Calvario S. XVIII Se trata de una edificación de “arquitectura popular”, construida con piedra, arena y cal; Rematada con tres sencillas cruces de forja, y es el lugar hasta donde suben los pasos de semana santa y donde se celebra el tradicional “viacrucis” el Viernes Santo. Además, desde este lugar tenemos una bonita vista de la población y de la vereda. ·

Cerro del Molino o cerro de Santa Ana En este cerro, que se encuentra en frente de la población, quedan los restos de un antiguo molino de viento construido en el S. XIX. Y también en este mismo cerro hubo en la antigüedad una ermita medieval (S. XIV-XV) dedicada a Santa Ana y que dio nombre a dicho molino.

FIESTAS Y TRADICIONES

17 DE ENERO. Antiguamente se engalanaban las mulas que daban vueltas alrededor de la Iglesia. En la actualidad solo perdura la tradición de hacer hogueras o “luminarias” la víspera de su fiesta.

SEMANA SANTA. Se caracteriza por la sobriedad de las procesiones castellanas. Destaca la procesión del Santo entierro, con un bello “Sepulcro” del S. XVIII y la procesión del “Encuentro” al alba.

30 ABRIL. Se celebran “los Mayos”, una fiesta de origen pagano, que ha arraigado con mucha importancia en la población. A las 12 de la noche se cantan los mayos de la Virgen en la Iglesia, con instrumentos tradicionales.

6 DE MAYO (primer fin de semana de mayo): VIRGEN DE LA RUBIA. Patrona de Rada de Haro (Y de Carrascosa), cuyo origen se remonta al S. XV, y de cuya fiesta dan buena cuenta las relaciones de Felipe II en el S. XVI. Destacan de esta fiesta “La Salve” y “Los mayos”, con la tradición de “Plantar el Mayo” y el curioso “Almonedeo” de la procesión, único en España.

15 DE AGOSTO. Fiestas en honor de la Virgen de la Asunción, patrona de la Iglesia, con procesiones y verbena popular.

8 DE DICIEMBRE. FIESTA DE LA IMACULADA O “LA ILUMINARIA”. Como antaño, se siguen haciendo hogueras o “luminarias” a la virgen en distintos puntos de la población.